Hoy vamos a conocer a un par de personajes relacionados con el oficio de boticario. Os presentamos a don Pedro Romero y a don Pedro Calahorro, dos de los boticarios de Villalba del Alcor a lo largo de casi cien años. En ambos casos vamos a recoger solo algunos detalles sobre ellos para enmarcarlos en el contexto villalbero.
No vamos a entrar en lo que era o representaba el oficio de boticario en un pequeño pueblo, como es el caso de Villalba del Alcor, pero sí referir que estos «maestros» formaban parte de ese grupo social influyente, algo que no solo se debía a su formación profesional, sino también a su capacidad económica, normalmente por encima de la media del lugar.
Boticarios de Villalba del Alcor: Pedro Romero
Estamos a mediados del siglo XVIII y don Pedro decide que a mi derecho conviene hacer capital de todos mis bienes, deudas, derechos… y por eso solicita al alcalde ordinario de la localidad que se nombren apreciadores para tal fin.
Si nos fijamos en los bienes raíces que poseía este personaje no cabe duda que estaba bien cubierto económicamente y en esa misma relación ya se nos indica su profesión y oficio:
ha visto y reconocido las casas principales que el presente vive y tiene su botica Pedro Romero que son en esta dicha villa en la calle del Real y plaza della que lindan por la parte de arriba con casas de José Garrido y por la de abajo con casas de Alonso Cordero y por los corrales con solar del vínculo que hoy goza don Fabricio Núñez Tenorio, clérigo de menores órdenes a don sale el postigo dellas… Unas bodegas en la calle de Santa María que lindan por la parte de arriba con casas de don José de Cáceres y por la de abajo con casas de Pedro de Toro en que hay diez y ocho tinajas, las 17 de ellas grandes, de cocer vino y la otra pequeña, lañada, para vinagre. Y unas casas y caballerizas en la Huerta del Cañaveral.
De esta huerta se nos indica en otra ocasión que es
una huerta de arboleda y legumbres al sitio del Cañaveral, linde con el arroyo de la Fuente, con la Vega y Chaparral desta villa.
Nombres y términos que seguro que hemos oído en alguna ocasión y que hace casi tres siglos formaban parte del vocabulario común.
Pero lo más interesante viene ahora. Como se están valorando todas sus posesiones, es evidente que hay que incluir… la botica. Y para hacer este aprecio contaban con
Simón Pedro de Montenegro, clérigo de menores órdenes, vecino de Villalba y oficial de boticario en ella y con juramento que hizo a Dios… según forma de derecho dijo que en virtud del nombramiento que se le ha hecho saber por mi dicho escribano de apreciador para la botica de don Pedro Romero la ha visto y reconocido y la medicina simple y compuesta, botes y redomas, urnias de agua y para infusiones, estantes, tamices, almirez, pesos, pesas y medidas y granatarios, alambiques, peroles y todo lo demás perteneciente a dicha botica.
¿Dónde estaba la botica?.
La oficina de botica la tenía en su propia casa que estaba, según lo descrito más arriba, lindando
por la parte de arriba con casas de José Garrido y por la de abajo con casas de Alonso Cordero
Sí, ese Alonso Cordero tan vinculado a la Virgen del Rocío. Si nos situamos en una descripción que publicamos anteriormente ya explicamos que la morada de nuestro antiguo convecino Pedro estaba contigua a la casa que hace esquina con la calle Santa María (antiguo Banco de Andalucía), es decir, que probablemente estuvo en lo que hoy es un conocido bar de nuestro pueblo (o cerca de él).
Posteriormente, en 1773, le dejó a un hijo clérigo una casa casi enfrente de ésta y de la que también hablamos en otro artículo.
No nos alarguemos. Nos situamos en 1792, El joven Ramón Gómez, a través de su tutor (su padre) vende la herencia que había recibido de su abuelo, nada más y nada menos que la botica que poseía su abuelo Pedro Romero.
Parece que el oficio se pierde.
Y llega…
Boticarios de Villalba del Alcor: Pedro Calahorro
Este otro personaje, un tal Pedro Calahorro, es un jienense avecindado en Villalba que fallece a mediados del XIX. Hasta entonces ha vivido en la calle Real, una vivienda que estaría casi frente de la sucursal de La Caixa y
dentro de la casa una oficina de botica con estantes y mostrador…
Pedro es un personaje particularmente señalado, un liberal reconocido y comprometido en una Villalba del Alcor poco dada, en esos intempestivos años, a «sacar los pies del plato». Nuestro querido Pedro tuvo dos hijos: Pedro y Francisca. Esta última casada con Diego Carrero, un interesante personaje que también presidió el ayuntamiento en unos difíciles momentos mediado el siglo XIX… y cuyo matrimonio fue origen de la rama Carrero de la familia Morales Carrero.
Y en este caso el oficio no se perdió. Pero de esto hablaremos en otra ocasión.
Hacer notar, por último como las oficinas de botica se han ubicado siempre en la arteria principal del pueblo: la calle Real.
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