Durante estos últimos días, revolviendo entre la copiosa documentación y referencias históricas recopiladas a lo lardo de muchos años, he recordado que uno de los apartados más llamativos a la hora de relatar el pasado del municipio a base de pequeñas “píldoras” es el referido al urbanismo, a los bienes urbanos, a su evolución y a su relación con determinados personajes, familias o instituciones. Un tema que ya introduje en otra ocasión en este mismo blog, (referencia a una vivienda y su vinculación con antiguos vecinos) y que en esta ocasión voy a orientar hacia una cuestión que pasa desapercibida: localizar el antiguo ayuntamiento de Villalba del Alcor.
Siempre he pensado que nuestro Ayuntamiento, el edificio, ha tenido dos ubicaciones, la actual y la que durante muchos años ocupó en el rincón de la placita aneja a la plaza mayor. Sin duda es un lugar bien conocido, que antes de ser sede de la autoridad y de los servicios municipales fue casa de morada de una importante y poderosa familia, con un aspecto heredado del siglo XVIII. Siendo así, y sabiendo que lo que hoy es el consistorio data también de mediados del siglo XVIII, ¿dónde estaba situado el antiguo ayuntamiento de Villalba del Alcor? Sí, el que existió con anterioridad a los que hemos conocido.
Comencemos por situar el tema. Estamos a mediados del XVIII y el ayuntamiento decide construir un pósito nuevo, concretamente tenemos un documento de 1742 que así lo indica. Antonia García, viuda de Bartolomé Jiménez, dueña de un solar en esta villa en la calle del Real della, linde con solar del convento de religiosos carmelitas desta dicha villa por una parte y por la otra con unos portales que también le pertenecen junto con la mitad de un pozo que dividía ambos solares, por haberlo heredado de Francisco García Sánchez, mi padre (…) y que éste, por haber acordado el cabildo de esta villa hacer granero para encerrar el trigo del pósito en uno y otro solar, trató de comprarlos ambos (…) ajustándose por seiscientos reales de vellón, que fue en lo que se apreciaron.
Pocos años después, en 1748, el cabildo municipal menciona entre sus bienes un granero alto que ha servido de encerrar trigo del pósito y se ha quedado vacío con motivo de haber hecho granero nuevo para encerrar trigo de dicho pósito (…). Es evidente que ese viejo edificio le sobra, que ha perdido su utilidad, con lo cual lo pone en arrendamiento, haciéndose cargo del mismo Francisco de Cepeda. Lo que también resulta interesante es que este viejo pósito aparece perfectamente delimitado y localizado, o al menos así lo creemos: (…) el cual linda por la parte de abajo con los portales, cárcel y Casas Capitulares y por de arriba con casas de los herederos del capitán don Francisco Everardo y Tilly (…).
Estamos a mediados del XVIII y tenemos una referencia de la situación de las Casas Capitulares, o lo que es lo mismo, el antiguo Ayuntamiento de Villalba del Alcor. Pero, ¿dónde están esas casas que se citan en el documento?
Unos años antes, en 1733, Catalina Paredes, viuda del capitán Francisco Everardo Tilly y madre de un Capitán General de la Armada (hijo de Villalba), avala la venta de una viña con su propia casa, una vivienda que se encuentra situada en la plazuela de junto a la iglesia mayor, linde por un lado con las Casas Capitulares y Pósito de esta dicha villa y por el otro con casas de los herederos de don Alonso Trujillo (…).
Año 1757. En un concurso de acreedores aparece un dato sobre el famoso mesón del Mercadillo (del que ya hablamos en otro artículo) y se dice que linda por la parte de levante (el este, o sea por abajo) con casa que desde esa época hasta bien entrado el siglo XIX viene siendo ocupada por los curas párrocos, pero que antes fueron de doña Catalina Paredes y de sus hijos y del capitán don Francisco Everardo y Tilly, su difunto marido (en esos años la entrada estaba por la placita y lo que lindaba por la parte de la entrada principal del mesón era el postigo de la casa de la familia Tilly).
Ya hemos conseguido tener un orden, una ubicación: de abajo hacia arriba irían las Casas Capitulares, el viejo pósito, la vivienda de los presbíteros (antes de la familia del capitán Francisco Everardo Tilly) y el mesón del Mercadillo (1).
Resolvamos finalmente el asunto con otro documento que no deja ya lugar a dudas.
Un documento de 1789 en el que doña Mayor Fernández de Landa declara que es propietaria de una casa en la calle Real, esquina a la calle Santa María. Esta señora tenía una casa en la calle Los Vicente y se la cambió a Sebastián de la Fuente y Ana Garrido, su mujer, que eran los propietarios de la casa de la calle Real, la que hace esquina a la calle de Santa María por la parte de poniente (o sea, hacia el muro) y por la de levante linda con casas de los herederos de Pedro Romero -el boticario (2)- y el corral también linda los de dicha casa y los de la de Pedro Larios o sus herederos, y, ¡atención!, cuya puerta principal está en la plaza pública, frente de las Casas Capitulares.
Misterio resuelto. Como parece evidente, a finales del siglo XVIII el antiguo ayuntamiento de Villalba del Alcor aún estaba ubicado en ese lugar, un espacio que hoy ocupan algunos comercios y donde se situaba también el pósito viejo, más conocido por ser el lugar donde estuvo durante muchos años uno de esos negocios que forman parte del catálogo emocional de nuestro pueblo, la droguería de Paco, y que mantuvo hasta su desaparición una fachada que nunca debió perderse.
Hasta aquí la «píldora» de hoy. ¿Qué os ha parecido? Espero que haya merecido la pena dedicarle un rato de lectura. Muy pronto volvemos con una nueva «toma».
(1) 1816. En un contrato de arrendamiento de la posada del Mercadillo. Francisco Payseo, dueño de esta posada, situada en sitio del Mercadillo o calle del Real que linda a levante (por abajo) con casas de don Alejandro de Grados (y Quesada), cura párroco del lugar, y a poniente (por arriba) con casas de don Felipe Tenorio. En 1804 este Francisco Payseo había obtenido el mesón, propiedad desde antiguo del hospital de la Misericordia en subasta pública y en esa época, la casa lindera estaba ocupada por otro presbítero, Bartolomé Jiménez.
(2) Pedro Romero era el boticario de Villalba del Alcor a mediados del siglo XVIII y vivía (y ejercía su oficio) en lo que hoy es el “nuevo” Bar Colón, una casa, de las muchas de nuestro pueblo, que encierran una parte importante de nuestro pasado.