Apuntes sobre el urbanismo de Villalba del Alcor a lo largo de los Siglos XVIII y XIX
Uno de los aspectos de la historia de Villalba del Alcor que más ha despertado nuestro interés a lo largo de estos años ha sido la configuración de su “espacio urbano”: la formación y evolución de las principales referencias urbanísticas del pueblo; de sus construcciones, instalaciones, elementos constructivos, ya sean de carácter personal, laboral, social o religioso. No dudamos que su estudio facilitaría, aunque fuese en una pequeña proporción, el conocimiento de muchos matices de nuestra idiosincrasia y, ¿por qué no?, contribuiría a la conservación de uno de los patrimonios, el casco urbano, más valiosos de nuestra provincia.
Iniciamos con este artículo un acercamiento, sencillo, apenas un boceto, a algunas de las construcciones, inmuebles y edificios, de los que han quedado constancia en los archivos, a través de las cuales obtendremos una imagen de lo que fue el entramado urbano, económico y social de este municipio.
El punto de partida de este articulo arranca con unas fotografías publicadas en Facebook, (Memoria Fotográfica de un Pueblo) y que nos permitimos reproducir aquí.
En este caso, se trata de un edificio conocido que hasta hace unos años conservaba el aspecto que vemos en la fotografía. Una vivienda que ya lo era desde la segunda mitad del siglo XVIII. De ella y de su ubicación existe una descripción que la encuadra en el escenario urbano de esos años.
El 20 de julio de 1773 (1), un hijo de Pedro Romero (2), vecino de Villalba, y de su segunda esposa, Rosa Ortiz de Montes de Oca, llamado Francisco Romero, clérigo diácono en ese momento, a punto para ordenarse de misa, le pide a su padre que para más bien poder cumplir con las obligaciones de su estado (…) le diese para su habitación y asistencia unas casas… (3) que pertenece(n) a su padre. Y puesto que éste tiene otras casas principales en que vivimos (…) y otros muchos bienes con que podemos mantener con la decencia correspondiente a la calidad de nuestras personas… otorga una escritura (4) para que Francisco, su hijo use y disponga de ella y para siempre jamás le cede, renuncia y traspasa la posesión de la misma, a cuenta de la legítima que le corresponde (se valora en 6.000 reales).
Esta escritura contiene una descripción de su situación que no puede ser más aclaratoria. Se dice que está situada en la calle Real (5), que por levante hacen esquina a la callejuela donde está la carnecería (6) y lindan por poniente con los graneros del Pósito Nuevo (7), los corrales, por la dicha parte de levante con la dicha carnecería, por el norte con la calle de San Bartolomé (8), frente del molino de aceite y bodega de don Fernando de Cepeda, y por la dicha parte de poniente con solar del presente escribano; y las puertas de la calle miran del sur y están frente de las casas y bodegas del vínculo (9) que fundó el licenciado don Miguel Fabricio Tenorio (10).
Esta casa se la compró el actual titular unos años antes (1761) a los descendientes de una rama de la familia Zambrano que la habían recibido en herencia.
Apenas unas líneas han servido para hacernos una idea de un sector de nuestro pueblo, céntrico y bien delimitado en el espacio y en el tiempo, y perfilar algunos matices biográficos de algunos personajes de nuestro pasado.
(1) APNLPC. Leg 1667.
(2) Pedro Romero, maestro boticario de Villalba, tenía su vivienda y su botica en la calle del Real y plaza della. Podemos decir sobre ella que “por la parte de arriba” lindaba con la casa de Ana Garrido que con el tiempo ha pasado a pertenecer (parte de ella) a Alfonso el de Peri. Según esta descripción, la que fue casa del boticario Pedro Romero es hoy un conocido y respetado negocio de hostelería que bien conocen los villalberos.
(3) Una prueba de que la carrera religiosa no sólo era cuestión de vocación, requería de unos recursos económicos a los que la mayoría no tenía acceso.
(4) Firmada ante el escribano José Sánchez Serrano.
(5) Calle que durante siglos unió las dos entradas-salidas más importantes del pueblo.
(6) Esta callejuela se cita también en otros documentos como calleja de la carnicería, popularmente conocida como calleja del Cañón.
(7) Una obra que, como sabemos, data de ese mismo siglo XVIII y que hoy ocupa el Ayuntamiento.
(8) La calle San Bartolomé era la otra gran arteria de Villalba, en extensión y en importancia. Llegaba hasta lo que se conoce como Plaza del Barón.
(9) El vínculo de mayorazgo es una institución, una figura legal, que agrupaba, vinculaba, un cierto número de bienes con el fin de mantener la integridad de un patrimonio familiar, pasando de generación en generación sin que esta unidad pudiera romperse y disgregarse.
(10) Esta casa la compró el licenciado Miguel Fabricio Tenorio (abogado de los Reales Consejos) al convento de frailes a mediados del XVIII y allí se instaló dejando su casa en calle San Bartolomé. Una vivienda que está en la calle Real y que a levante hace esquina con calle Maraver a donde cae la puerta de la atarazana, por poniente lindan las bodegas con casas que fueron del… Creemos que se puede ubicar perfectamente la vivienda. El linaje Tenorio tiene relevancia en nuestro pueblo y sobre él iremos adelantando próximamente algunos datos.