Una de las instituciones más relevantes de nuestro pueblo y a la vez desconocida es el Hospital de la Misericordia. De él apenas conservamos la portada de su capilla y algún que otro dato suelto y a veces erróneo. Con este artículo queremos replantear algunas certezas relacionadas con esta asociación.
El hospital de la Misericordia es ciertamente un curioso caso de sapiencia basada en la tradición oral. Si bien existen pocos datos, es, con mucho, una entidad reconocible y reconocida en nuestro pueblo, nada comparable al perfecto desconocimiento que hasta la publicación de nuestro trabajo existía sobre el Hospital de San Bartolomé (Boletín Nuestro Padre Jesús nº 2, marzo 2011) y su continuación.
Este artículo forma parte del trabajo que estamos realizando sobre la Cofradía y Hospital de la Misericordia y que publicaremos en un futuro como parte de un proyecto más amplio que englobe a estas dos grandes instituciones hospitalarias villalberas. Pero de eso ya iremos hablando.
Vamos a situarnos a mediados del siglo XVIII. Por esos años, se saca a subasta un solar que pertenecía al hospital de la Misericordia, un solar a las espaldas de la ermita que no le redituaba cosa alguna, vamos que no le aportaba mucho beneficio.
Lo que pretende esta cofradía, a través de su administrador, el presbítero Gregorio de Arana, es darlo a tributo perpetuo para que pudieran labrar casas en él.
Localización del solar del Hospital de la Misericordia
Ya lo adelantábamos antes
a espaldas de la iglesia de dicho hospital, frente del convento de religiosos carmelitas, que lindaba con corrales de las casas de Juan y María de Rojas y que tenía de largo por la callejuela que va a el calvario que está frente de dicho convento cincuenta y una varas, por la parte que linda con dichos corrales 18 varas y tres cuartas, y por la parte correspondiente a la calleja que llaman de la Misericordia hasta llegar a dicha iglesia treinta y siete varas, de las que reservando siete para el uso y hueco de paredes de dicha iglesia y hospital…
Y estos metros se reservan por si conviniese alargar la dicha iglesia o para otros efectos que haya lugar que convenga al dicho hospital y cofradía.
Pensemos en varias cuestiones. La primera es la existencia de un “calvario” frente al convento; la segunda la referencia a una callejuela que va a este calvario, y que si hacemos caso al texto estaría refiriéndose a una parte de lo que hoy es la calle Carmen… o no. Y tercero la nomenclatura del callejero con la referencia a calleja de la Misericordia.
Razones para vender el solar
Volvamos al solar. Un espacio que interesa darle otros usos porque hasta el momento se ha estado utilizando para sembrar forraje, aunque muchos años no se ha sembrado.
Por tanto, es conveniente para los intereses de la cofradía darle esa otra utilidad que le aporte mayores beneficios.
¿Y cuáles son esos beneficios?
Algunas de las ventajas que tendría darle otros uso, concretamente, edificar casas, sería que
se quitaría la fealdad y perjuicio que ocasionaba a la iglesia de dicho hospital
¿A qué se refiere esta expresión?
Para explicarlo tenemos que remontarnos unos meses atrás en el tiempo, cuando se inicia el proyecto. Lo primero que se hace es solicitar la opinión y buscar el asesoramiento de personas influyentes y autorizadas. Se recurre, por ejemplo, a Félix de Quesada, un vecino que es maestro alarife, maestro albañil, para que lo examine y aporte su dictamen.
También emite su juicio Juan Vicente Íñigo, maestro de primeras letras del pueblo. El análisis que hace es realmente revelador de la situación, tanto del caso que nos ocupa como del pueblo en general. Juan Vicente expresa su postura a favor de esta decisión porque
rentará más por la carestía que hay de sitio para labrar casas y de levantarla se sigue juntamente utilidad a dicha ermita y corrales de dicho hospital, lo uno por el resguardo de él, como asimismo por las humedades que dicha ermita recibe de dicho solar; como beneficio al común por el aumento de casas de vivienda que carece, como decencia al convento de religiosos por estar inmediato.
Como se decía más arriba, “se elimina la fealdad y el perjuicio a la iglesia”, además de lo que aporta al pueblo.
Pero no es una opinión aislada sobre este asunto. El maestro carpintero Alonso Álvarez explica como las humedades afectan al hospital y a su iglesia
por estar más alto que dicha iglesia a causa de estar todo terraplenado y que de cierto sabe sin género de duda que a dicho hospital le es útil y conveniente el que se dé a tributo perpetuo para levantar casas que en ello además de asegurar sus réditos en cada un año los que serán más que duplicada la cantidad de la que al presente puede ganar cuando se arriende por la mucha falta de casas y solares que al presente hay; con la obra que en él se hiciera quedaría dicho sitio cuando no más bajo en igualdad al plan del suelo de dicho hospital y se libertará del detrimento de las humedades.
Por ir finalizando. El único postor que se presenta a la subasta es Gregorio Rodríguez de Reina que se compromete a levantar casas dentro de un año en dicho solar.
Lo que vino después: la construcción, el crecimiento del pueblo, la desamortización, la desaparición de ermita, hospital, convento, calvario… es otro capítulo de nuestra historia.
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