La casa es el acuartelamiento característico de la Guardia Civil. Ya recogía en su decreto fundacional, en 1844, la necesidad de tener un cuartel donde alojar a los guardias civiles con sus familias.
En esos momentos esta propuesta es una idea innovadora, revolucionaria en diferentes ámbitos de la sociedad del momento; significaba apostar por la integración y la convivencia de militares y civiles, compartiendo el mismo espacio y las mismas costumbres.
Hoy dedicamos este artículo al antiguo cuartel de la guardia civil en Villalba del Alcor.
Desde entonces hasta ahora esta propuesta de casas cuartel nunca ha dejado se ser innovadora aunque siempre ha resultado complejo ponerla en práctica por todo el territorio nacional.
A principios del siglo XX la debilidad económica del Estado favoreció que muchos de los municipios que habían solicitado el establecimiento de esta institución decidieran tomar la iniciativa y proporcionarles los medios para su instalación; es decir, facilitarles la casa cuartel al grupo de guardias civiles que fueran destinados a la localidad correspondiente.
Y esto es lo que pasó en Villalba del Alcor.
Estamos en el mes de julio de 1904. Sentados frente a frente están, por un lado Álvaro Pacheco Romero, y por otro, Antonio Sotelo Orihuela, teniente segundo de alcalde del ayuntamiento de Villalba del Alcor. Ambos, vecinos de Villalba, uno, Alvaro, “propietario” y el otro un político que asiste en representación de la corporación municipal y autorizado por ella.
Lo que están haciendo es otorgar una escritura de venta.
Álvaro era dueño de una casa en la calle San Bartolomé (que recordemos comienza en la plaza del Barón), la que lleva el número tres:
de superficie de cuatrocientos cincuenta metros, compuesta de tres tramos o portales doblados y compartidos en estancias, patio y corral con pozo de agua clara para los usos domésticos. Dicha casa, que tiene su puerta principal a la calle San Bartolomé y otra puerta que da salida a la plaza de la Constitución; linda por la derecha de su entrada con la mencionada plaza, por la izquierda con corral de casa de doña Luisa Romero Botejón y por la espalda con edificio destinado a escuela pública de niños que antes fue pósito.
Según sabemos, Alvaro Pacheco adquirió 5/6 partes de esta finca por herencia de sus padres don Francisco Pacheco Cepeda y doña Josefa Romero Botejón (hermana, a su vez, de la propietaria de la casa vecina) y de su hermana Carmen Pacheco Romero . La 1/6 parte restante la compró a Ignacio, Dolores y Vicenta Romero Manzano. herederos de don Vicente Romero Cepeda.
Se trata de una casa libre de gravámenes, de cargas, según certifica el registrador de la propiedad de la zona.
Una casa que reunía las condiciones adecuadas para lo que quería este ayuntamiento y por eso, en una sesión ordinaria que se celebró unos meses antes, había acordado
adquirir una casa con destino a cuartel de la Guardia Civil… prefiriendo la casa antes descrita e instruyéndose el oportuno expediente
Una vez obtuvieron la conformidad del propietario para su venta y adquisición, se fija el precio de la venta en 12.492 pesetas y 50 céntimos.
Se procede, a continuación a la tramitación legal y finalmente se obtiene la Real Orden Ministerial, en junio, por la cual S.M del Rey autorizó la compra de este inmueble.
Y ahí están los dos, otorgando esta escritura de compraventa y la correspondiente carta de pago de Álvaro Pacheco una vez recibido el dinero en matálico.
Sin duda una gran finca, una casona antigua, grande y bien situada, en el lugar, o en uno de los lugares, más privilegiados del pueblo, junto a los centros de poder e influencia. Seguro que poco después el lema «El Honor es mi principal divisa» luciría en lugar preeminente de la casa y que esos primeros guardias civiles que ocuparon esta casa vestirían aun el viejo uniforme azul, con cuello y bocamangas rojos y ceñidor amarillo, y lucirían sus guantes blancos y tricornio sin funda de charol los días de fiesta.
Allí permanecieron muchos años. Y hoy seguimos teniendo una casa cuartel en Villalba del Alcor, y creo, sinceramente, que somos afortunados. No sabemos hasta cuando, pero seguro que muchos deseamos que sea por mucho tiempo.
DATO
Recordar que Álvaro Pacheco Romero estaba casado con María Travado Fernández de Landa, de cuya hermana Carlota Travado Fernández de Landa (casada con Francisco de Cepeda Reyes y madre de 10 hijos) ya hicimos una reseña.
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