En este relato desglosaremos dos momentos, o dos situaciones que muestran las dificultades que ofrece la gestión de la ermita de Santa Águeda y la complejidad de las relaciones entre el cabildo municipal, el municipio, la administración eclesiástica, y los propios administradores locales de esta ermita.
Pero antes que nada una pequeña introducción inicial que nos sitúe en el contexto geográfico y temporal.
En el Arzobispado de Sevilla (incluimos a Villalba del Alcor) todos los asuntos referentes a las ermitas, ermitaños, hermandades relacionadas con ellas, etc eran controlados por un cargo eclesiástico conocido como Prior de las Ermitas. Se encargaba de administrar, vigilar y aprobar gastos, cuentas, nombramientos, controlaba las cuentas y autorizaba y aprobaba los gastos de la misma. Es decir, que todos estos asuntos pasaban por él.
Una vez dicho esto, sumerjámonos en los documentos.
El primero data de 1670, y lo que en él se recoge es la decisión de nombrar un ermitaño, claro, de la ermita de Santa Águeda.
En este caso se deja constancia que la existencia de un santero o ermitaño es prioritaria para la conservación de la ermita. Por eso el prioste de la ermita, entendiendo por prioste la persona responsable del buen funcionamiento de esta institución, que es nombrada directamente por el ayuntamiento, decide nombrar a su vez a una persona para tal fin.
Francisco Jiménez Beltrán, vecino desta villa, prioste de la ermita de Señora Santa Águeda que está en el término della, nombrado por el cabildo, justicias, regimiento desta dicha villa como patrono y administrador de la dicha ermita que doy fe que conozco y que es tal prioste y dijo que por cuanto hay mucha necesidad de nombrar santero que asista en la dicha ermita a la limpieza de ella y a cuidar de tener luz a la santa y a lo de mayor necesidad de la dicha ermita.
El nombramiento debe recaer en personas virtuosas, sin considerar o valorar su lugar de nacimiento o procedencia…
atendiendo a lo dicho y a que Simón de Orta de nación portugués que será de edad de veinte y cinco años, mediano de cuerpo, que está casado con Gregoria Ruiz, también lusitana, es persona conocida de toda satisfacción él y la dicha su mujer.
Y visto que reunía las condiciones adecuadas…
Por tanto, como tal prioste, nombra al dicho Simón de Orta y a la dicha su mujer por tales santeros de la dicha iglesia y ermita de Señora Santa Águeda para que en esta villa y en parte de su comarca puedan pedir limosna para ayudar a la disposición y limpieza de la dicha ermita y encender la lámpara de ella, de forma que esté con toda decencia.
Ya tenemos nuevo santero, nombrado por el prioste pero sin el visto bueno de la autoridad eclesiástica a la que se le pide la aprobación, una vez cubierta la necesidad más inmediata: velar por la conservación de la ermita de Santa Águeda y del culto a la Santa.
suplica a los señores curas de esta dicha villa y al señor juez de las ermitas y demás personas a quien tocare la disposición de este nombramiento, lo aprueben y dejen al dicho Simón de Orta asistir al dicho ejercicio.
De interés resulta la precariedad con la que los santeros debían vivir y la necesidad de recurrir a las limosnas para su subsistencia y la de la ermita, que en esos momentos no contaba con hermandad alguna que pudiera hacerse cargo de los gastos, por lo cual, quedaba a expensas de las limosnas y del cabildo municipal.
Finalmente, el cura más antiguo de la parroquia, en ese momento Gregorio de Mendoza, da su parecer sobre este asunto y confirma que tanto Simón de Orta como su mujer son “personas beneméritas” y añade algo que pone de manifiesto las contradicciones de esta situación:
esta ermita es pobre y los dichos Simón de Orta y su mujer no podrán pasar sin pedir limosna por los lugares circundantes
una realidad que puede resultar incompatible con el hecho de…
estar la dicha ermita en el campo y no poder estar sin santero
Alguna manera tendrían de salir del paso, buscando el equilibrio entre la pedida y la atención de la ermita.
Han pasado 10 años desde la designación del santero y las circunstancias son otras. Los miembros del cabildo se han renovado y parece que surgen ciertas dudas e incertidumbres respecto a cuestiones estrictamente económicas.
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