Mes de octubre, mes del Rosario. Una breve aproximación a las cofradías del rosario, la festividad de la Virgen y las cofradías de Nuestra Señora del Rosario.
Las cofradías del Rosario.
Hasta la Plena Edad Media podemos remontarnos para rastrear los inicios de la oración avemariana, modelo y referencia oracional de la Iglesia Católica.
Su origen puede dar lugar a cierta confusión ya que en muchas ocasiones se vincula su aparición y práctica con Santo Domingo de Guzmán, el fundador de los dominicos (O.P.).
A partir de ahí es fácil entender la estrecha relación que se establece entre la Orden de Predicadores (Dominicos) y la promoción, defensa y difusión del rezo del Santo Rosario, la aparición de las cofradías del Rosario y la amplia devoción posterior a esta advocación mariana.
Las primeras cofradías del rosario aparecen durante el siglo XV y en ellas los hermanos estaban obligados al rezo del mismo. Su difusión por España se debe en gran medida a San Vicente Ferrer (ss. XIV-XV), curiosamente, un santo muy presente en las devociones personales de los villalberos hasta principios del XVII.
En Andalucía, la primera que se funda es la del convento de San Pablo de Sevilla a finales del siglo XV. (Interesante destacar la vinculación existente entre este convento dominico, promotores también del culto al Dulce Nombre de Jesús, y la hermandad de Nuestro Padre Jesús en el siglo XVIII).
Con el apoyo de los papas y la exclusividad que les otorgaron para instituir estas cofradías, los dominicos se convirtieron partir del siglo XVI en los grandes promotores de esta práctica devocional. Así comienzan a extenderse las fundaciones de cofradías del Rosario por todos los rincones de la tierra.
La batalla de Lepanto y la festividad del Rosario
El Rosario adquiere una nueva dimensión a partir de 1571.
La institución de la fiesta de la Virgen del Rosario tiene su origen en una procesión que se realizó en Roma (Sopra Minerva) en la que, a través del rezo del Santo Rosario, se imploraba por las tropas cristianas que ese día se enfrentaban a los ejércitos turcos en Lepanto (7 de octubre de 1571).
Tras esta decisiva victoria se instituyó una fiesta en ese trascendental día con el título de Santa María de la Victoria. Esta decisión, además, consiguió que todos las cofradías del rosario celebraran su festividad ese día ya que hasta entonces cada una elegía a voluntad, a lo largo del año, la fecha de su fiesta principal.
Unos años después, otro Papa, convencido que que esta victoria se había conseguido cuando se celebraba la antedicha procesión, proclamó que el primer domingo de octubre se celebrase la festividad de la Virgen bajo la advocación del Rosario, (“para conservar el recuerdo de tan gran victoria”), con la salvedad de celebrarse sólo en aquellas iglesias que tuvieran capilla o altar dedicado a esta advocación (años después se suprimió esta condición y se pudo celebrar en todos los territorios de la corona española).
Lepanto supuso el despegue, expansión y popularidad de esta advocación y el apogeo de estas cofradías marianas.
Las imágenes rosarianas
La del Rosario es una devoción tardía si la comparamos con las de la Piedad o la MIsericordia. Los grandes contratos artísticos para la realización de vírgenes de esta advocación tienen su punto de partida a partir de Lepanto, en el último tercio del siglo XVI. En esos momentos los encargos habituales suelen referirse a pequeñas imágenes portables (para procesionar) y con el Niño en su brazo.
El siglo XVII y XVIII
El rezo del rosario se convirtió a lo largo de estos siglos en una de las prácticas devocionales más populares y extendidas de la Iglesia y en una de las principales devociones marianas no sólo debido a la promoción que de ello hicieron los dominicos, también por el apoyo que recibió del clero secular.
No es hasta el siglo XVIII cuando esta festividad se extiende a toda la cristiandad.
Villalba del Alcor y la devoción rosariana
La cofradía de Villalba del Alcor hay que inscribirla entre las dos etapas de expansión más importantes de estas cofradías. Se sitúa entre esa primera etapa de fundaciones de cofradías que siguió a la batalla de Lepanto, y otro periodo que se corresponde con la segunda mitad del siglo XVII.
La Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de Villalba del Alcor se funda en torno al año 1623.
Esa fecha no es casual. Ese mismo año, una vecina de este pueblo, deja un legado de dos ducados de limosna a la cofradía de Nuestra Señora del Rosario que agora se quiere instituir en esta villa.
Un dato inequívoco y relevante que nos ofrece la posibilidad de establecer con bastante exactitud el momento fundacional de esta cofradía, en cierto modo, muy desconocida en nuestro pueblo.
No sería mala idea dedicarle un artículo más extenso a esta corporación villalbera.
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