
El trabajo premiado fue elaborado por un grupo de alumnos y una profesora del IES La Palma y nos desvela la apasionada relación sentimental entre una reconocida escritora romántica y un joven aristócrata del sur.
Ver tu nombre en la portada de una publicación no es nada fácil, entusiasmar y emocionar a una audiencia formada por tus propios vecinos, tampoco, y desde luego, ganar un premio de carácter nacional, nada de nada. Y sin embargo, estas metas ya las ha conseguido una joven investigadora de Villalba del Alcor: Águeda Vázquez. Nuestra convecina ha formado parte de un equipo de investigación engendrado en las aulas del instituto de la Palma del Condado.
Hace unos días, asistí a la presentación de su trabajo en Villalba del Alcor. El tema sobre el que han estado trabajando no puede ser más sugerente y apasionante: la pasional relación sentimental que mantuvieron durante varios años Ignacio de Cepeda y la escritora romántica Gertrudis Gómez de Avellaneda.
Ya hicimos una reseña de esta relación hace unos años con motivo del 2º aniversario del nacimiento de la escritora, sin más pretensión que recordar este pasaje de la historia y su relación con un personaje y su entorno, tan vinculado a Villalba del Alcor.
Ahora se trata de un completo, documentado y bien estructurado trabajo de investigación que ha sacado a la luz elementos, hechos y documentos inéditos, además de nuevas interpretaciones de esta apasionada, hermosa y compleja relación entre dos personajes tan opuestos y tan complementarios.
Hay un hecho que sobresale por encima de todo y es que el equipo que elaboró este trabajo pertenecía a un instituto de enseñanza secundaria. Esta joven investigadora de Villalba del Alcor junto con sus compañeros y encabezados por su profesora han culminado un largo, intenso y apasionante proceso de búsqueda de respuestas a los interrogantes sobre una época y quienes en ella vivieron. Y las han encontrado. Ese ha sido su enorme éxito.
De ahí el indudable valor que aporta este trabajo: la certidumbre de que estas instituciones de enseñanza pueden también ejercer el papel de verdaderos centros de investigación, de divulgación y de promoción de la cultura fuera de sus aulas.
Lo que realmente me sedujo de lo que escuché, ya lo explicaba la directora del equipo, fue el peso de las dos mujeres que se reparten el protagonismo de esta historia. Ignacio, al fin y al cabo, con sus acierto y errores, no es más que un fiel reflejo de su época y de su familia, posiblemente sometido a tensiones contrapuestas, una lucha en la que acaban imponiéndose las fuerzas endogámicas y socieconómicas que habían sido el eje de la estrategia familiar de los Cepeda a lo largo de los siglos anteriores.
Después de escuchar la exposición de esta joven investigadora de Villalba del Alcor y de sus compañeros no pude menos que “dejar volar la imaginación”. Y sí, la presencia de estas dos extraordinarias mujeres, Gertrudis y María, me llevó a esbozar, a fantasear con una futura obra de ficción. Una novela, un relato, en el que la tensión, el hilo argumental girara en torno a esas dos mujeres, inmensas, enormes, poderosas cada una en su ámbito: una por su grandeza literaria, por su amor a la libertad, por su transgresora actitud vital; y la otra por su profunda integridad, por el arraigado y profundo sentido de la lealtad y la honestidad . Y ambas enfrentadas a una sociedad que difícilmente podían entenderlas y aceptar sus decisiones. Ya imaginaba ese pasaje de la novela, ficticio, en el que ambas llegaban a coincidir, ese punto álgido que encerraba todo el sentido del relato.
Espero que algún día alguien pueda (¿por qué no uno de esos jóvenes investigadores?) plasmarlo en una obra, mientras tanto es evidente que han abierto muchas puertas.
No me cabe duda que han disfrutado enormemente y creo que ellos, su profesora y yo, que me sumo al grupo, coincidimos en que el conocimiento abre también las puertas de la imaginación.
Felicidades.
*Esperamos con interés la publicación del libro.