En esta nota mostramos algunos datos sobre el urbanismo de Villalba del Alcor, en concreto la antigua casa de los Tenorio y la descripción que sobre ella se hace a mediados del s. XVIII.
Estamos en 1744 y el Vicario del convento de monjas dominicas de Almonte nos informa que este convento tiene entre sus bienes unas casas principales de morada con sus bodegas, torre, batanes, lagar, pilones, tintero, vigas…Una gran casona propia de alguien influyente y, sin duda, importante.
En una descripción más amplia que se hace de ella, no tengo dudas que muchos vecinos de este pueblo la identificarán y la recordarán. Y estamos a mediados del siglo XVIII.
La casa tiene patio, dos corrales, dos pozos enteros y otro de medianía, con sus cercas, caballerías y pajar encima. Tiene tres puertas a la calle, las principales a la del Real, y las otras, a lo que se conocía como el sitio del Mercadillo y a la calle de Santa María, que hoy está condenada.
¿Y qué extensión tenía esta finca? Dejemos que nos lo expliquen.
Linda por el dicho sitio del Mercadillo con el corral del Concejo y por otra parte hacen esquina a la calle de Santa Ana y Santa María, por donde lindan con molino de moler aceituna que pertenece por mitad al convento de Villalba (monjas) y a don José Fernández de Landa, vecino de esta villa, y por dos partes lindan las dichas casas y atarazanas con casas de doña Ana de Esquivel, mujer de don José Ponce de León, y las dichas bodegas hacen esquina al dicho Mercadillo,
Aclaraciones finales.
La primera referida a su propietario, don Miguel Fabricio Tenorio. Era miembro de una antigua y bien posicionada familia local pero que no debió ser un buen administrador ya que a su muerte hubo que ejecutar un concurso de acreedores. Sus bienes se reparten entre los herederos y los dichos acreedores, principalmente el convento de monjas carmelitas de Villalba y el de dominicas de Almonte (y entre ellas, claro está, la antigua casa de los Tenorio).
La segunda referida a los bienes. Lo más importantes a repartir son las viñas, la casa antes descrita y una tenería que poseen al sitio del Barrero (con sus cercas, parte de colgadizos, pelambres, pilas para el remojo, tina, tiestos para las pelambres, molino para moler, con su piedra y pozo entero, patio, solerías y empedrado). Todos reciben una parte de cada propiedad, por eso deciden acordar una permuta de las mismas. Llegan a un acuerdo por el cual los herederos se quedan con las viñas, el convento carmelita de Villalba con la tenería y el de las dominicas de Almonte con la casa. Una casa que al poco tiempo venden por juro de heredad al presbítero de la parroquia local, Pedro Jiménez de Salas (que para poder acceder a ella tiene que ser avalado por su hermana).
Con la tercera aclaración, y ya acabo, quiero resaltar lo estrictamente urbanístico. A través de esta descripción identificamos algunos elementos que han modelado el entramado urbano de Villalba. Por ejemplo, el Mercadillo, lugar que hoy conocemos como plaza de la Trinidad y que sin duda fue uno de los lugares estratégicos que articuló la vida económica, social y festiva del pueblo, o el corral del Concejo, de cuya existencia en ese lugar podemos interpretar (solo podemos) que el paso de cierto tipo de ganado hacia las afueras pudiera haber dado nombre a una calle conocida desde antiguo como calle o calleja de los corderos
Lo evidente es que este lugar. la antigua casa de los Tenorio, ocupaba una manzana del pueblo y solo hay que pasar por allí para hacerse una idea, sobre todo los más jóvenes, de lo que fue aquella finca.
Ahora sí. Próximamente más…