Revolviendo entre viejos papeles archivados y pendientes de revisión desde hace tiempo hemos descubierto un documento que nos llamó la atención. Se trata de un contrato entre un escultor imaginero y una hermandad de penitencia por el que el primero se compromete, se obliga, a realizar una imagen religiosa para esta última.
Hasta aquí nada llamativo, a no ser por que se da la circunstancia que el maestro en cuestión es vecino de Villalba del Alcor y la obra a realizar va destinada a un pueblo de nuestra provincia: Zalamea la Real.
Después de leer detenidamente el texto, realizar una rápida consulta y reunir un poco de información al respecto comprobamos que es posible que el documento pueda tener algún valor histórico para los vecinos de esta localidad vecina.
Al parecer, y sin haber profundizado en el tema (básicamente lo que hemos consultado en Internet, asumiendo los riesgos que implica tan arriesgada decisión), una de las hermandades de este pueblo sitúa su refundación en la segunda mitad del XIX y aunque se cree que su existencia es muy anterior a esa fecha no hemos encontrado datos que avalen esta teoría. Tal vez el documento que mostramos a continuación despeje algunas dudas y desvele algunos detalles de interés.
El documento es una “carta de obligación” por la que Martín (Fernández?) de Medina, vecino de la villa de Villalba del Alcor, otorga por esta carta, que me obligo con mi persona y bienes dar y quedar hecha una hechura de imagen de Cristo Nazareno con la cruz a cuesta, de ropaje, del pecho arriba de madera y las manos y pies de lo mismo, y todo lo demás de ropaje de pasta y lienzo y aparejo fortísimo (…), con su modo como que va andando con su cruz a cuesta de la estatura de dos varas (…). Me obligo de dar hecha para el día del Jueves Santo que en este dicho día a las doce pueda salir en la procesión en la villa de Zalamea la Real. El documento continúa estableciendo el precio de la obra, por la que se me ha de dar cuatrocientos reales.
Son datos interesantes que vienen a demostrar que ya entonces se celebraba la procesión de un Nazareno el Jueves Santo. Otro dato que también tiene su importancia, especialmente para la hermandad que tiene esta imagen como titular, aparece al final del documento. Se trata de la rúbrica de los firmantes, de los que hacen el encargo de la obra. Tenemos a Diego Sánchez, Juan Domínguez y Juan Fernández de la Banda, vecinos de la dicha villa de Zalamea y estantes en esta villa de Villalba (…) que contratan en nombre de la Cofradía y hermanos del Dulce Nombre de Jesús de la dicha villa de Zalamea.
Este documento, que recoge la realización de una imagen para una hermandad de Zalamea la Real, está fechado en veintisiete días de marzo de mil y seiscientos veinte años.
Solo esperamos que esta pequeña aportación de hoy haya servido para explicar o al menos ampliar algunos aspectos del pasado de tan entrañable pueblo.