Hoy os vamos a contar una historia ciertamente curiosa.
Corría el año 1819. A más de 12.000 km de Villalba del Alcor un barco incapaz de resistir más la furia de los elementos naufraga, lejos de su destino y lejos de los viejos puertos de esta tierra cálida y acogedora que es España. Son más de 600 tripulantes, casi todos perecen ahogados en aquellas aguas grises y heladas, los que pueden sobrevivir al naufragio tocan tierra, pero si pudieron sortear la muerte en las frías aguas, apenas pueden sobrevivir unos días al frío y al hambre. Frío, hielo y hambre, sí, porque estamos en la Antártida, ese continente helado al que también fuimos los primeros en llegar.
Esta es la historia
Un viejo navío de guerra de 74 cañones que forma parte de la desvirtuada Armada Española navega por mares desconocidos, vientos que lo empujan hacia el sur, hacia nuevas tierras, heladas, hacia un nuevo continente aún virgen: la Antártida. Sí, allí llegaron estos depauperados marineros antes que ningún otro. Pusieron pie en la Antártida aunque ni a ellos ni a nuestra historia le sirvió de nada.
Casi trescientos años después del gran descubrimiento de un nuevo continente, estos españoles apenas sobrevivieron unos días en él; eso sí llegaron allí al igual que en su día lo hizo Colón, «de casualidad».
El navío se dirigía a Perú, a Lima, con el encargo de sofocar y apaciguar las revueltas que por entonces se estaban produciendo en las posesiones españolas en América. Las malas condiciones en el paso del Cabo de Hornos empujaron al buque hacia el sur.
Naufragaron cerca de las Islas Shetlands del Sur, los restos encontrados allí así parecen indicarlo. Si esto se confirma en próximas expediciones y campañas los españoles obtendríamos de nuevo el triste premio de haber sido los primeros en llegar al continente helado. Una hazaña, que como muchas otras, se atribuyen los ingleses, segundones en muchas ocasiones a los que se reconocen méritos de campeones.
Y esto, ¿qué tiene que ver con Villalba del Alcor?
Poco… pero algo sí que hay. Este navío naufragado era el «San Telmo», botado 30 años antes y construido por el primer ingeniero naval de nuestra Armada, don José Joaquín Romero Fernández de Landa, nuestro insigne paisano.
Y esto sucedió hace, casi, casi, 200 años.
Para más información podéis escuhar este audio
Hasta el jueves que volveremos con más y mejor.