Hoy voy a hablar de comunicación, menos historia y sí, más comunicación, más concretamente lo que vamos a llamar comunicación local corporativa. Y lo hago porque el tema está directamente relacionado con algunas de las organizaciones e instituciones de Villalba del Alcor y porque tiene una relevancia cada vez mayor.
Puede parecer que lo que hago es una crítica, pero nada más lejos de mis intenciones. Se trata de una propuesta de mejora. Es algo en lo que siempre insisto y sobre lo que soy muy, muy pesado.
Tres ejemplos de Comunicación a escala local
1.- Comunicación de eventos.
Abro con este ejemplo porque la fotografía que ilustra este artículo está relacionada con este primer apartado.
Llevo días revisando las redes sociales, las búsquedas en Google, las alertas, pero no encuentro nada. Nada que me enorgullezca o que me ilusione con el trabajo de mejora, embellecimiento y conservación de la otra gran joya de Villalba, el convento carmelita.
Lo que quiero decir con esto es que se está preparando un evento memorable y parece que se está organizando como esa fiesta sorpresa que le hacemos a la hija que cumple 18 años. No se trata de eso. Todos queremos, sí, todos, que sea un acontecimiento imborrable, asumiendo que en una efemérides tan dilatada en el tiempo existen elementos imprevistos o sujetos a negociaciones y acuerdos de última hora que se van a ir incorporando progresivamente. En esos estamos de acuerdo.
Pero nada hay que incite mi curiosidad, mi interés, apenas a dos meses de comenzar esta celebración. Solo rumores a nivel local.
Si os fijáis, cualquier campaña, cualquier celebración de cierta relevancia pone en marcha con bastante antelación campañas de promoción, de divulgación de su propuesta. No es necesario desvelar todos los contenidos, pero sí motivar, ampliar y promover la participación y el conocimiento entre el público o públicos a los que puede interesar.
Esa es la clave. Yo puedo ver el extraordinario trabajo que están haciendo en el edificio, puedo compartirlo incluso con mis amigos y conocidos, pero lo hago motu propio, interpretando lo que veo o lo que creo ver. No tengo referencias. Esa es la labor de la institución, generar en mí, el interés o la curiosidad hacía algo tan prosaico como eso. De esta manera, convertimos acciones puntuales en elementos relevantes de un proyecto más ambicioso. Al final del camino encontramos la recompensa, pero el camino hay que andarlo, paso a paso, marcando hitos, etapas que despierten nuestro interés, que nos guíen hasta el destino final.
Yo quiero entrar en el año de celebración con los motores en marcha. No quiero arrancar en frío. Siendo testigo y protagonista de lo que viene. Quiero contribuir en ese difusión previa pero la realidad es que no tengo elementos con lo que hacerlo.
2.- Gestión de usuarios.
En este caso parto de una situación puramente anecdótica. Con motivo de la celebración de un reciente aniversario la Hermandad de Nuestro Padre Jesús puso en marcha una iniciativa: equipar a los costaleros con camisetas conmemorativas. No sé si fue una iniciativa personal o no, pero en cualquier caso esto no exime a una organización de su gestión. En mi caso particular me quedé sin ella porque para obtenerla hubo previamente que encargarla, algo natural. Y esta reserva se notificó a través de un grupo de whatsapp. El problema fue que yo no era miembro de este grupo porque creo que, en general, los grupos de whatsapp generan mucho “ruido”.
Al caso. Lo de tener o no tener camiseta no tiene mayor importancia, lo importante es constatar que la vía de comunicación de una hermandad con un colectivo tan importante como los costaleros se reduce a un grupo de whatsapp. Está bien utilizar esta vía pero no puede ser la única.
Una hermandad es, posiblemente, la organización con el grupo de usuarios más fiel, el colectivo con el potencial humano más dispuesto y disponible. Es así porque comparten algo que va más allá de una afición o un negocio, comparten sentimientos. Por eso, gestionar correctamente una masa social tan importante es vital para la supervivencia, mantenimiento y crecimiento de cualquier entidad.
Sabemos que es un pueblo pequeño, que cualquier acción tendrá una repercusión en local, pero no estaría de más que convirtiéramos a esos hermanos/ simpatizantes anónimos en protagonistas de una experiencia emocional y, por supuesto, espiritual. Haciéndolo así, seguro que se pueden ampliar las metas y objetivos futuros.
Y, ojo, aunque algunos no estemos, hay que seguir manteniendo los grupos de whatsapp que cumplen perfectamente con su papel.
3.- Estrategias de comunicación.
Me remonto ahora a unas tardes de verano en las que a título personal y con la colaboración de una organización local se realizaron lecturas de ciertas monografías históricas relacionadas con temáticas del siglo XIX.
Entre las cosas más interesantes y relacionada con el objeto de este artículo destaco la exposición de un documento del archivo de Niebla, la presentación relacionada con Washington Irving y una intervención sobre campañas militares en nuestro pueblo.
Tres cuestiones relacionadas con la historia local y en perfecta comunión con los intereses de la organización local.
¿Cuál es el problema?… Me han preguntado por ellas y no he podido dar ninguna referencia.
Seguimos pensando en local, con poca perspectiva. Y al igual que los dos casos anteriores, el potencial, las posibilidades y las oportunidades para crecer más allá de lo puramente offline, de los canales tradicionales (siempre importantes) y de un uso más o menos efectivo de algunas redes sociales, son enormes.
Esta organización, como muchas otras, están dejando mucho valor por el camino. Tienen que tomar conciencia de la importancia de su labor como plataformas generadoras de debate, de propuestas, de iniciativas sin limitaciones de tiempo o espacio; de la globalidad de su proyecto.
Es importante estar en las redes sociales, (en este caso creo que hay una importante presencia en Facebook), pero son solo eso, redes sociales, espacios para la interacción social, que tienen sin duda una función relevante, pero limitada a lo que son.
En una organización de carácter cultural con tanta proyección y con la posibilidad de generar tanto contenido debe /tiene que haber un lugar donde y desde donde se pueden proponer y generar debates, diseñar estrategias de comunicación, englobar programas, poner en marcha proyectos y muchas más cosas. Y, sí, dándoles cobertura a través de estas redes sociales, pero nunca utilizarlas como eje de su estrategia de comunicación.
Vuelvo al ejemplo anterior. ¿Qué tendría que hacer quién quiera saber algo más sobre el paso de Washington Irving por Villalba? ¿Concedió alguna entrevista la última vez que pasó por aquí? ¿La tenemos disponible en YouTube, en un canal independiente, de la propia organización? ¿Y qué más cosas puedo encontrar en ese canal? ¿Dónde puedo disponer del trabajo sobre la Guerra de la Independencia? ¿Y consultar el documento de Niebla? La respuesta no puede ser Facebook. Por el bien de la organización, de los usuarios y de los propios autores.
Y, sobre todo, tienen que ser entidades independientes, con sus propios recursos, que colaboren, pero que no se vinculen o adscriban políticamente.
Y vuelvo a insistir, no se hace mal uso de los recursos, lo que sucede es que no se utilizan los recursos adecuadamente.
Conclusión
Los datos y la información generada y recibida de los usuarios son las mayores fuentes de conocimiento que cualquier colectivo puede tener para desarrollar su actividad. Eso significa que la comunicación tiene que fluir en ambas direcciones. Sin el apoyo de mis seguidores, usuarios o clientes es difícil proponer, emprender o afrontar proyectos de cierta relevancia.
Cualquier colectivo o institución que tenga en sus usuarios su mayor riqueza necesita habilitar vías de comunicación adecuadas. Disponer de un espacio donde desarrollar su actividad, generar conocimiento o potenciar la participación.
Éstas, entre otras muchas razones, me han llevado a desarrollar un nuevo proyecto: ENDIGITAL.ES, una web (actualmente en construcción) dedicada al aprendizaje, evolución y adaptación de personas, organizaciones y negocios a los nuevos entornos digitales. Y, ¿por qué no? ayudarlas directamente, si fuera el caso, a iniciarse o adaptarse a esos nuevos territorios inexplorados.
Nos leemos muy pronto.