En apenas 15 días se han celebrado dos eventos de cierta relevancia para este pueblo. Uno de carácter económico y centrado en una actividad tan importante como la hostelería y otro de carácter cultural: la presentación de una publicación sobre la historia de Villalba del Alcor. Si bien al primero no pude asistir, del segundo si puedo hacer una pequeña reflexión en relación con el acto. Dejará para otro momento el análisis de la obra en sí.
Voy a intentar explicarme. Villalba nunca ha sido un pueblo que haya destacado por su apuesta clara, inequívoca, por la cultura, lo que no significa que culturalmente no tenga inquietudes y hasta cierta “necesidad”. La administración local ha apostado en escasas ocasiones por temas que, al parecer, son “poco relevantes”. Si no me falla la memoria, en estos últimos años, aparte de las propuestas de algunos colectivos independientes, de los habituales conciertos autóctonos, desfiles y galas benéficas, apenas hemos disfrutado de algunas que otras exposiciones puntuales (sin comentarios sobre la precipitada y desdibujada inauguración de un centro, supuestamente dinamizador de la cultura del vino haciéndola coincidir con una exposición que bien hubiera merecido su espacio y su momento). Y que conste que han existido buenas iniciativas. Aún recuerdo la notable exposición que se celebró hace años sobre las actividades y trabajos agrícolas, con una puesta en escena inmejorable.
Hecha esta introducción crítica, reconozco que no muy positiva, es el momento de atender el asunto que nos ocupa. Debo decir que el acto de presentación del libro al que asistí fue correcto, en tiempo y forma. La asistencia de las partes implicadas en la planificación, ejecución y publicación de la obra y sus breves intervenciones no le restaron interés. Y lo más importante, el libro fue el principal protagonista del evento.
Pero no quiero quedarme en la ceremonia. Veamos este episodio desde otro punto de vista. Asistimos a la presentación de un libro, que yo sepa el ¡primero!, que aborda la historia de Villalba del Alcor de manera global. El primero que se realiza de una manera rigurosa y con base científica por una profesional del área en cuestión. Ya existe otro texto publicado sobre Villalba pero no es, en ningún caso, comparable a la obra que tenemos en nuestras manos.
Por tanto, siendo la primera publicación específica, y de tanta interés para el pueblo, creo que merecería un tratamiento más amplio en materia comunicativa. Una tv local, con cobertura local y con resonancia local es un buen comienzo, pero, ¿es esa la repercusión que queremos para estos actos?, ¿es esa la notoriedad que queremos otorgarle a este asunto? Creo que falta algo. Y ese algo es: comunicación. Nos desenvolvemos en el ámbito de las nuevas tecnologías, tenemos al alcance de nuestras manos, en la punta de los dedos, la posibilidad de proponer, disponer y difundir cualquier acción sin limitaciones de espacio y tiempo. No nos quedemos solo en lo local. Si tenemos o hacemos algo bueno, vendámoslo. No hay mejor carta de presentación, ¿no te parece?