Hoy os invitamos a hacer un ejercicio de imaginación. El contenido propuesto tiene relación con el urbanismo y el trazado del callejero de Villalba del Alcor, concretamente vamos a ocuparnos de un aspecto relativo a la calle que históricamente ha sido la más importante del pueblo, la calle Real. Vamos a hablar del antiguo trazado de la calle Real
Como eje principal del pueblo, esta calle lo recorre de este a oeste y lo secciona en dos mitades. Pero no hay que olvidar que el centro geográfico de la localidad, a partir del cual se distribuyen las calles y el caserío, es la iglesia de San Bartolomé (el lugar más elevado del que parten las calles siguiendo los cursos naturales del agua).
La calle Real era la vía donde se concentraban la mayoría de lugares de interés, tanto administrativos, como civiles y religiosos y, también, era la calle elegida por los vecinos más influyentes para tener sus moradas. Era la principal vía de tráfico humano y de mercancías, de ahí que en ella encontremos las posadas, mesones, hospital, conventos y ermitas.
Y a éstas me voy a referir ahora. Històricamente los pueblos tenían por costumbre levantar ermitas a la entrada/salida de sus cascos urbanos. Lo habitual era que cada una se dedicara a un santo determinado. La intención era buscar la protección divina frente a castigos en forma de epidemias, sobre todo de peste. Los santos protectores eran normalmente San Sebastián y San Roque. ¿Os suenan?
Efectivamente, Villalba del Alcor no careció de esta protección. El pueblo contó con dos ermitas, una en cada extremo de la población, a la entrada/salida de ella. Una fue la de San Roque y otra la de San Sebastián. La primera la tenemos bien localizada porque de ella queda el recuerdo y el nombre de una calle en el lugar donde antes estuvo levantada. De la otra solo quedan referencias, pero sabemos que estaba muy próxima al hospital de la Misericordia. Los santos titulares de estas ermitas se conservaron hasta los años treinta en el retablo de Nuestro Padre Jesús.
Ya tenemos las dos ermitas bien identificadas y situadas en el espacio, ambas, supuestamente, en los extremos de la población, a la entrada/salida de ella, en la vía urbana más importante y más transitada: la calle Real.
Si todo lo que hemos dicho hasta ahora es correcto, podemos resolver que la calle Real continuaba por lo que hoy es la Avda. de Andalucía, desembocando al final en lo que era el camino de La Palma del Condado. No nos resulta extraño si tenemos en cuenta el trazado lineal de la calle. ¿Por qué no se mantuvo este trazado?, ¿Cuándo se modificó?. Para la primera pregunta no tenemos respuesta, suponemos algunas razones. Sobre la segunda podemos decir que es posible, a falta de una confirmación documental, que tal vez se produjera a mediados del siglo XIX con la construcción del nuevo camino que “de Sevilla ha de dirigirse a Huelva”
Recordemos que este razonamiento puede ser válido y también sabemos que no estamos aquí para suponer cosas.
Nos trasladamos a la segunda mitad del siglo XVI cuando tiene lugar una “venta de casa frente a San Roque” y en dos frases nos aporta una interesante información:
casa en calle Real, a la entrada de ella viniendo de La Palma. Linda con la calleja que va por el alto de la dicha calle Real a la calle de Barristraga
¿Qué os parece? Da pie a imaginar cómo era el trazado urbano de nuestro pueblo en ese tiempo.
Y por cierto, estamos preparando un trabajo más amplio sobre las ermitas desaparecidas del pueblo. A mi me tiene entusiasmado, espero que cuando salga os parezca igual.
Nos leemos el jueves con más y mejor.