Parece que debamos acostumbrarnos al estado actual del Sagrario de la iglesia parroquial de San Bartolomé. La dilatada espera de una actuación que recupere, o al menos rehabilite, este espacio no es una novedad en un edificio tan emblemático como el que nos ocupa.
Al hilo de este asunto, y con relación a los frecuentes y constantes trabajos de mantenimiento y reparación a los que desde antiguo se ha visto sometido esta construcción, rescatamos una parte de la documentación del expediente generado por el “Proyecto de reparación extraordinaria” del templo villalbero abierto en 1896 (1). El proyecto se aprueba por Real Orden de 14 de mayo de 1899, ordenándose la ejecución de un presupuesto. Las obras se realizan durante el primer semestre del año 1900 tras la adjudicación de las mismas en subasta pública.
Para el control de las obras se nombra una junta de vecinos de la localidad compuesta por el párroco, José Cruzado, José Espina y Soldán, (alcalde), José Ponce González, Trinidad Cepeda y Francisco Fernández Merchante. El arquitecto diocesano elabora un presupuesto cifrado en algo más de 20.000 ptas, adjudicándose, finalmente, por una cantidad inferior. En este mismo pliego se recoge una breve descripción del edificio que resulta ciertamente curiosa en algunos de sus párrafos.
… Se compone su planta de la parte destinada al culto de dos naves en ángulo recto en cuyo encuentro está colocado el altar, y otra nave, estrecha, más moderna, en que estuvo el baptisterio y una capilla….
La forma general del edificio hace presumir que antes de la reconquista fue mezquita árabe puesto que su entrada fue distinta que la actual y todavía se conserva, aunque poco variado, el patio de las abluciones, afecto a la forma de un rectángulo a cuyos ángulos se adosaron en la época de la reconquista cuatro torreones cuadrados, convirtiendo el recinto en fortaleza. Posteriormente, y en época no remota, por el estilo romano que afecta se sustituyó uno de los torreones por la torre actual para colocar las campanas y hace poco años, con pretexto de ensanchar una calle, se demolió otro de los torreones, sin sustituirlo con otra construcción y dejando sin contrafuerte una de las dos naves abovedadas que constituyen en templo. Durante esas variaciones se elevó el pavimento más de dos metros dejando muy mermada la altura de las bóvedas y la iglesia casi privada de la gran masa de aire necesaria en los días de gran concurrencia en un clima tan cálido como el del Condado de Niebla a que perteneció la villa de Villalba (¿?).
En el que debió ser patio de las abluciones se construyó una crujía cubierta de tejas que sirve de almacén y contra el muro del recinto en dirección norte – sur otra crujía que ocupa el archivo parroquial y la sacristía. En el extremo de la nave principal se colocó un coro compuesto de sillería de estilo “siglo XVI de mal gusto” y adosado a uno de los arcos una tribuna para el órgano. La solería de la iglesia es de ladrillos ordinarios, de piso desagradable.
A pasar de que en los últimos años se han hecho por el párroco algunas reparaciones de poca importancia cuya tendencia principal ha sido preservar las cubiertas de filtraciones, no ha podido evitarse que la falta del torreón en el ángulo N haya producido asientos o desviamientos de consideración en los muros que a él concurren. También se observa que la cubierta y muro de la nave del patio donde estuvo el baptisterio amenazan ruina; el coro por la manera de colocarlo obstruye una parte de la iglesia y no existe una sola habitación en la que pueda habitar un servidor de la parroquia encargado de su custodia.
…Por último los revestimientos de casi todos los muros y de los pretiles de las azoteas se hallan en un estado tal que las fábricas se hallan al descubierto, perjudicándolas la intemperie, a más de hacerles presentar un aspecto poco decoroso.
Las obras reconstruyeron la nave del baptisterio, variaron el coro, repararon la torre, pavimentaron las azoteas y el interior, enlucieron, blanquearon, etc.
De entonces a hoy este edificio no ha dejado de sorprender a propios y extraños y a pesar de su definitiva descripción histórico-artística, no ha dejado nunca de suscitar diferentes interpretaciones sobre su origen y distintas explicaciones sobre su evolución posterior.
Iremos apuntando algunas otras…
(1) A.G.A.S. Sección IV (Administración General). Leg. 3907, Villalba del Alcor, 1896