En estos días, queremos hacer nuestra pequeña contribución a fiesta tan veraniega.
Como ya es conocido, la celebración de la feria de Villalba arranca en el año 1854, por Real Decreto, ubicándose geográficamente en el llano de la ermita de Santa Águeda durante tres días, fijándose el primero el domingo anterior al de Pentecostés.
Estamos en 1858, se han celebrado 4 ferias desde esa primera organizada por el ayuntamiento de la localidad, pero es curioso como en el siguiente “contrato”, de carácter económico y referido a la feria (1), intervienen dos sujetos y ninguno de ellos es el ayuntamiento.
Se trata de una obligación por la cual José Castizo Martínez, vecino del pueblo, se compromete a pagar al hermano mayor de Santa Águeda 450 reales un día después de acabada la feria por haberle sido concedido el derecho de cobrar en feria y en el camino de la misma y en el término de este pueblo el correspondiente derecho a los puestos de bebidas espirituosas durante los días de la expresada feria. Y esta cantidad la avala, como es costumbre, con todas sus posesiones.
No dudamos que sería insistente y efectivo en la vigilancia y cobro de estos impuestos a las casetas, puestos y chamizos donde expedían bebidas alcohólicas.
(1) APNLP. Leg 1693 (1858)